El jueves 30 de septiembre del 2010 será recordado como un día negro para el país y la ciudadanía entera. El revolucionario hecho ocurrido en Quito en el Regimiento No. 1 de la Policía Nacional, ha dejado evidente de lo que puede ser capaz un organismo de control cuando en horas de la mañana, iniciaron una protesta suspendiendo su jornada de labores, bloquearon carreteras y además impidieron el ingreso al Parlamento en Quito. Estas medidas de protesta se realizaron como parte del llamado a huelga nacional policial contra la Ley de Servicio Público aprobada el día anterior una reforma laboral del sector público que supuestamente afectaba a los policías. Luego del intento de asesinato al Jefe de Estado, la población sin resguardo policial, el secuestro del 'presi' en el Hospital de la Policía y lo peor de todo, la balacera producida entre militares y policías en las afueras de la mencionada casa de salud.
El Presidente, Rafael Correa acudió al regimiento de policía y dio un discurso en el que les aseguró que no se iba a dar marcha atrás con la ley en cuestión. Esto molestó a los policías en huelga lo que originó una situación caótica en la que fue agredido con una granada de gas lacrimógeno. El Presidente fue apartado con dificultades del tumulto y llevado hacia el hospital del cuerpo de policía. Correa alegó que estaba secuestrado y declaró desde allí un estado de excepción que movilizó a las Fuerzas Armadas del Ecuador a las calles argumentando que un golpe de Estado se estaba llevando a cabo y responsabilizando a la oposición.
Alrededor de las 9 de noche se dio inicio a una incursión militar en el hospital, la toma por asalto a la casa de salud había sido ordenada por la presidencia ecuatoriana desde el mediodía.
En medio de un tiroteo que duró más de 20 minutos, transmitido en vivo por la televisión nacional, llevado a cabo entre fuerzas especiales del Ejército ecuatoriano y la Policía Nacional, el ejército logró retirar del hospital al Presidente quien había estado allí por unas 10 horas. En distintas partes del país se reportaron manifestaciones, disturbios y saqueos durante estos acontecimientos.
Los imaginarios colectivos, respecto a este suceso, en su mayoría y según datos de la encuestas, creen que nunca existió u golpe de estado, sino que simplemente hubo una manifestación por parte de los policías, con el fin de reclamar derechos. Sin embargo, la población dice que este reclamo se les fue de las manos, ya que en esos momentos el pueblo ecuatoriano quedó desprotegido, a manos de ladrones y saqueos en todo el país.
Otros también critican al “show” de Correa, dicen que debió salir del hospital y dejar que los enfermos descansen como se merecen.